Sesión Boudoir en Estudio
Cada día es más el interés que despierta en las mujeres la fotografía Boudoir. Tímidamente me preguntan sobre que tratan estos reportajes, y cuando les explico un poco en qué consiste, se quedan entre fascinadas y sorprendidas.
La fotografía Boudoir es una manera de resaltar la sensualidad de cada mujer, ya sea con una lencería fina, semidesnuda cubriéndose con una sábana o con unas prendas de los más informal.
El toque de maquillaje y las ganas de sentirse como una mujer especial y sexy ante la cámara, hacen que las fotografías resulten sensuales y provocativas.
Una de las preguntas más frecuentes que suelen hacer las mujeres interesadas en hacerse un reportaje boudoir, es dónde poder realizar la sesión.
La sesiones se pueden hacer en casa de la persona a retratar, en el estudio fotográfico o en la habitación de un hotel. Todo depende de cómo se quiera enfocar la sesión de fotos.
En este caso las fotografías Boudoir se hicieron en el estudio fotográfico.
El estudio tiene lo necesario para que la sesión parezca que esté hecha en un dormitorio: Una cama con sábanas negras o blancas, un cabecero plateado, una lámpara de araña…
Con los complementos que decoran el estudio y la luz natural que entra por sus ventanas, se consiguen unas fotografías de lo más íntimas.
Está todo preparado para que la mujer esté tan cómoda como si estuviese en su propia casa.
Los reportajes Boudoir se pueden combinar con distintos ambientes : desde ambientes acogedores como un dormitorio, a utilizar fondos de diferentes texturas y colores, pero siempre guardando la esencia de las fotografías Boudoir.
Como siempre, Alejandra Pérez se encargó maquillar a la preciosa Naiara con tonos suaves para resaltar sus facciones.
Naiara tiene un rostro muy bonito con enormes ojos castaños, por lo que no hizo falta un maquillaje fuerte.
Como ya os contaba antes, las fotografías se hicieron en el dormitorio del estudio dando un toque más romántico. Para dar un poco más de fuerza al reportaje cambiamos de escenario, y Naiara posó con elegancia delante de un fondo oscuro.
Me encanta esta combinación, de lo dulce a lo provocativo. El mismo paso que dan las mujeres cuando posan delante de la cámara, de la timidez a posar sin vergüenza.
