Boudoir a cualquier edad
Con la última promoción de Navidad me he llevado gratas sorpresas como haber conocida a Olaya, una hermosa mujer que sin aparentar la edad que tiene, se pegó el gustazo de regalarse una sesión Boudoir. ( Aqui es cuando me viene siempre la frase de «porque yo lo valgo» )
Una mujer con tres hijos, mucha energía y con una de esas bellezas que aunque pasen los años la va a seguir manteniendo.
Cuando hablamos por teléfono para concretar la sesión de fotos, me explicaba que tenía ganas de hacerse unas fotografías bonitas, en la que se viese guapa y con un toque sexy.
Ese es siempre mi propósito.
No hay una sesión de fotos Boudoir igual. Cada mujer tiene una idea distinta de cómo quiere su sesión Boudoir.
Unas prefieren lucirse en lencería, otras prefieren unas prendas desenfadas, o un vestido con encaje y otras eligen algo del vestuario del estudio. Sea cual sea la prenda que se escoja, las fotografías están pensadas para mostrar la figura y las curvas de la mujer. Nunca se harán fotografías que incomoden a la persona que esté delante de la cámara.
Es normal que al principio de cada sesión una esté nerviosa y casi con ganas de salir corriendo…pero después de las primeras tomas todo empieza a salir todo rodado.
La sesión de fotos de Olaya empezó con nervios también, pero ya terminando, sabía perfectamente que las fotos iban a quedar espectaculares.
Y espectacular quedó la pared decorada con todas las imágenes de la sesión de fotos.
No tiene nada que ver, ver una fotografía en pantalla, que impresa en papel fotográfico de alta calidad y enmarcada con su passepartout.
A parte de las 5 fotografías que se ofrecía en la promoción, se llevó alguna más que le gustaron mucho. Todas guardadas en su caja de madera.
Una caja que guarda una belleza que no caduca y espero que también una experiencia agradable.
Para mi lo fue.