Black and White Boudoir
Hace unos meses tuve que cerrar mi tan amado estudio fotográfico.
Si, fue una decisión muy pensada que me hizo pasar por un profundo estado de enfado y ansiedad.
Ya sabemos que en este país (seguramente que en otros también) lo de pagar impuestos y alquileres mensualmente es auténtica una presión inhumana, que acaba minando y machacando al pequeño autónomo o empresario. Tanto que ya me quitaba el poco sueño que tenía, y ya no me quedaban uñas que morder (me llegué a poner uñas de gel…que no es lo mío) Después de pasar el luto en silencio, lo cerré. Me quité un enooorme peso de encima.
El cierre del estudio me coincidió también con un cambio de domicilio. ¡Socorro! Me quería morir. Vaya dos meses de infierno.
Pero como todas estas cosas ocurren siempre por algo, el Universo me lanzó un poco de energía y positividad. Así que convertí mi nuevo hogar en un pequeño estudio fotográfico para fotografía de Retratos y reportajes Boudoir.
Todo sigue igual o mejor incluso. Tengo dos espacios amplios, luminosos y acogedores. ¿ para qué quiero más ?
Me moría de ganas por hacer la primera sesión Boudoir en mi nuevo espacio de trabajo. Preparar la habitación como si se tratara de una suite de Hotel, la sala despejada con un enorme ventanal por donde brotaba toda la luz natural de la mañana. ¡Todo listo!
Hablemos del reportaje Boudoir.
El enfoque que le quería dar a esta sesión era más provocativo y sensual que otras veces. Digamos que más atrevido.
Son muchos los reportajes que he llegado a hacer de fotografía Boudoir, pero siempre por tímidez o vergüenzas de la clienta, me quedo con las ganas de sacarles un punto más sexy.
Sé que no es fácil desnudarse en cuerpo y alma delante de una cámara. Pero si alguna ventaja hay en todo esto, es que soy una mujer fotógrafa, con todos mis complejos, vergüenzas y chaladuras.
Sois unas valientes por querer haceros este tipo de fotografías. De verdad que es de admirar. Deseando estoy yo de ponerme en manos de una profesional para hacerme un reportaje Boudoir…pero para eso me tengo que ir hasta Texas donde vive una de las mejores fotógrafas de Boudoir.
Me he ido por las ramas…vuelvo a retomar el hilo del reportaje en mi nuevo estudio.
Como os decía, la sesión de fotos transcurrió entre dormitorio y estudio. En toda la sesión de fotos usé luz natural. El vestuario era de lo más informal, un par de conjuntos de lencería, camisa a cuadros, y un chaleco negro. Cualquier prenda vale para dar un aire sexy a las fotografías Boudoir. Mientras tomaba las imágenes las veía ya acabadas en blanco y negro. Quería una sesión en blanco y negro porque creo que potencia mucho más la imagen.
No penséis que por tener un cuerpo y rostro bonitos la sesión fue más fácil. No, no.
Lo que me puso fácil la sesión, fue la actitud de ella. Su predisposición. Su tranquilidad. La fui guiando poco a poco y ella se iba soltando.
El otro día me dejaron este comentario en una foto que subí al facebook : «Me encantan las fotos que haces, son todas tan sensuales. Me gustaría ver si haces esa magia cuando la persona no es guapa ni sexy.»
Yo no hago magia, ni mi cámara tiene Photoshop como muchos dicen. Hago fotografías a mujeres normales, con sus imperfecciones, con sus complejos y miedos. Ninguna de las chicas que se muestra en esta web es modelo profesional. Son todo mujeres del mundo real. Lo único que hago es que confíen y crean en mi profesionalidad. Mostrarles que con una actitud positiva y con un poco de confianza en sí mismas, pueden sentirse bellas y sexis como cualquier «angel» de Victoria’s Secret.
Estoy contenta con esta sesión de fotos. Creo que el nuevo entorno no impone tanto como un auténtico estudio fotográfico. Al ser tan acogedor, da cierta familiaridad y cercanía. Deseando estoy de hacer las siguientes sesiones de Retrato y Boudoir.